7 datos que debe conocer sobre la alternativa al gasóleo, el HVO
Si bien los vehículos eléctricos están conquistando las calles, las cortadoras de maíz, las cosechadoras y los grandes tractores seguirán necesitando motores de combustión interna en el futuro. Sin embargo, lo ideal es que no funcionen con gasóleo, sino con un combustible líquido sostenible. El aceite vegetal tratado con hidrógeno, o HVO, tiene propiedades similares a las del gasóleo, lo que le confiere una clara ventaja: puede utilizarse puro sin ningún ajuste técnico, lo que se conoce como HVO100, o mezclado con gasóleo de origen fósil. Esto reduce la huella de carbono hasta en un 90 % en comparación con el gasóleo de origen fósil. Siga leyendo para conocer siete datos sobre las tres letras que no olvidará.
1 – CLAAS hace del HVO el nuevo estándar.
No se necesitan modificaciones ni inversiones en infraestructuras agrarias: El HVO es un combustible «de uso inmediato», lo que significa que puede utilizarse directamente en la maquinaria existente. El HVO (aceite vegetal tratado con hidrógeno) está autorizado desde el 1 de octubre de 2023 para su uso en cosechadoras y tractores CLAAS clasificados actualmente en la fase V de emisiones. Además, las nuevas máquinas que salen de las plantas de Harsewinkel (Alemania) y Le Mans (Francia) vienen ahora de serie con un depósito de HVO. Este cambio por sí solo ha permitido a CLAAS reducir sus emisiones de CO2 en 2500 toneladas anuales.
2 – Este combustible sostenible se fabrica a partir de materiales sobrantes y de desecho.
«Sea sincero, ¿dónde se deshace del aceite usado de su freidora?», pregunta el especialista en estrategia de producto de CLAAS Patrick Ahlbrand. En lugar de tirarse, el aceite de cocina usado, junto con otros residuos biogénicos, puede refinarse para crear HVO. El proceso es similar a la forma en que se refina el petróleo crudo para fabricar gasóleo y el resultado es el mismo: combustible. La gran diferencia es que cuando se quema el HVO100, solo se libera en el aire la misma cantidad de CO2 que las plantas productoras de petróleo habían extraído previamente del aire para crecer. El resultado es que los biocombustibles sostenibles utilizados como parte de la economía circular reducen las emisiones de CO2 hasta en un 90 %.
3 – El tractor no huele como una freidora vieja.
Los motores diésel son polivalentes y también pueden funcionar con aceite vegetal puro después de realizar algunos ajustes. Algunos agricultores lo hicieron hace años, cuando aún había incentivos de subvenciones para hacerlo y notaron un efecto secundario: su maquinaria olía como una freidora vieja. Sin embargo, cuando se sustituye el gasóleo por HVO, el olor es más parecido al de un combustible tradicional, afirma Patrick Ahlbrand, si bien durante la combustión emite menos hollín, menos partículas y menos óxidos de nitrógeno.
4 – El HVO sigue siendo algo desconocido hoy en día, pero será omnipresente en el futuro.
El HVO100 aún no puede venderse en las gasolineras, pero gracias a la nueva legislación esto cambiará a partir de 2024. «De este modo, el público en general conocerá mejor el combustible», opina el especialista en estrategia Ahlbrand. El precio del HVO está vinculado al del gasóleo y actualmente es unos 15 céntimos por litro más alto. «Esperamos que el HVO se incluya en las subvenciones al gasóleo agrícola para que resulte competitivo». Sin embargo, los agricultores ya pueden optar por utilizar HVO, por un lado, para reducir las emisiones de CO2 y, por otro, para comercializar sus productos con la etiqueta de sostenibles. Los expertos de CLAAS también creen que las obligaciones más estrictas que se impondrán en el futuro a las explotaciones lácteas o a las fábricas de cereales, exigiéndoles que verifiquen las emisiones, estimularán el mercado.
5 – El HVO puede almacenarse durante más tiempo que el gasóleo.
«El HVO no contiene oxígeno y se almacena mejor que el gasóleo», afirma Ahlbrand. Este combustible sostenible puede almacenarse fácilmente en el mismo depósito que antes contenía gasóleo. Se trata de una ventaja enorme frente a los nuevos sistemas propulsados por baterías e hidrógeno, que requieren mucha más infraestructura.
6 – Hay HVO de sobra para todos los que lo necesiten.
La capacidad de producción mundial de combustibles biogénicos aumenta a buen ritmo: en 2025, la producción mundial de HVO superará probablemente los 30 millones de toneladas. A título comparativo, la demanda agrícola de combustible en Alemania ronda los dos millones de toneladas, por lo que hay combustible de sobra para todos los vehículos que lo necesitan y para los que no son adecuados los sistemas de propulsión alternativos (por ejemplo, la gran maquinaria agrícola y de construcción). Además, este combustible es más sostenible. Aunque antes se utilizaba aceite de palma para su producción, esa materia prima está prohibida en Alemania y otros países de la UE desde 2023. En la actualidad, el combustible se produce principalmente a partir de materiales sobrantes y residuos sostenibles, lo que significa que no compite con la producción de alimentos o forraje para animales. La ampliación de las cadenas de reciclado hará que en el futuro aumente aún más la disponibilidad de materiales sobrantes y de desecho.
7 – En poco tiempo, será imposible imaginar una granja sin HVO.
«El problema no es el motor en sí, sino el gasóleo de origen fósil con el que funciona», afirma el especialista en estrategia Patrick Ahlbrand. Su visión del futuro de la agricultura es que los pequeños tractores de hasta 150 CV para trabajos cerca de la explotación podrían funcionar con baterías: «Es más agradable para el ganado y los agricultores no tener que soportar los gases de escape», pero la maquinaria agrícola para aplicaciones de alto consumo energético seguirá necesitando combustibles líquidos.