August Claas. Visionario y hombre de acción.
"Pues entonces lo hacemos solos.“
Palabras caracterizan a las personas; y hay pocos mensajes que caractericen mejor a August Claas que su celebre frase: "Pues entonces lo hacemos solos." Dijo estas palabras de forma clara y precisa, cuando tuvo que entender que no iba a encontrar a ningún fabricante alemán de maquinaria agrícola dispuesto a desarrollar con él la primera cosechadora europea.
Persistencia y la fe en la propia capacidad de rendimiento son una constante en la vida de August Claas. Nació el 15 de diciembre de 1887 como segundo hijo varón de la familia. Su familia se dio rápidamente cuenta de que August era capaz de llevar la voz cantante. Su valor para la toma de decisiones y la capacidad de asumir riesgos en el momento oportuno, lo convertían en un empresario nato.
Así es que ya en la finca paterna ocupaba una función líder. Cuando por ejemplo los atadores de paja de la fabricación paterna dejaban de funcionar, él tenía que solucionarlo. No se trataba únicamente de reparar las máquinas, sino también de apaciguar a los clientes. Y cuando la explotación paterna se encontraba en la ruina económica, montó rápidamente una empresa a su nombre. Este valiente paso en el año 1913, fue el nacimiento de la empresa actual.
Con frecuencia la palabra "visionario" se utiliza a la ligera, siendo utilizada para una planificación profana del futuro. En el caso de August Claas, el apodo "visionario" es sinónimo de ir contra corriente, algo que le caracterizaba además de su pragmático talento técnico. Desde muy pronto se dio cuenta de que la agricultura demandaría soluciones más complejas en el futuro. Dentro de este sistema, la cosechadora es tan solo un eslabón de una completa cadena – siendo lógicamente un eslabón central.
August Claas fue el responsable del rapidísimo crecimiento de la empresa, formando a partir de la pequeña empresa original un consorcio global. Homenajes internacionales, condecoraciones y medallas, galardones tecnológicos y muchísimas patentes son pruebas de una vida empresarial cargada de éxitos.
Era un católico practicante, que dio todo junto con sus hermanos para que la empresa saliese adelante. Cuando August Claas conoció a una joven estudiante llamada Paula Siepenkort, que trabajaba como traductora-intérprete en el stand de CLAAS en la feria agrícola de Leipzig, le hizo rápidamente – pero con sumo cuidado – una petición de mano. Poco después pregonaba su felicidad de haber encontrado en Paula una esposa cariñosa y al mismo tiempo competente. No solo para la creciente familia, sino también para la próspera empresa.
Como padre de Helmut, Irmgard y Reinhold, le encantaba contarles por las noches historias de aventuras a sus hijos, historias en las que las máquinas de la fábrica jugaban los papeles principales.
En cariñosas historias, que se acababa de inventar, hablaban herramientas y también coches. Se quejaban de no haber sido engrasadas a tiempo. Los domingos por la tarde los pasaba toda la familia con el perro en la naturaleza. En los bosques alrededor de Harsewinkel les explicaba a sus hijos la botánica y les hacia "pequeñas flautas“ tallando ramitas.
La caza era una de sus pasiones. El reunirse con sus compañeros de cacería ocupaba su tiempo libre, tanto como las tertulias con sus amigos agricultores. Hablando en el dialecto westfálico "Platt" o por la noche con un aguardiente de trigo. Su familia y sus amigos le llamaban cariñosamente "De Buer" (el granjero dicho en "Platt").
Como también explotaba su propia finca, se intercambiaba a menudo con otros granjeros sobre el arado, la siembra o el momento correcto de cosecha. Fue uno de los primeros en cultivar maíz o preparar ensilado en la región. También el ganado formaba parte de los intereses de August Claas. Le apasionaba criar ganado vacuno y fue uno de los primeros en traer bovinos escoceses "Aberdeen-Angus" y bovinos franceses "Charolais" a la región, cruzándolos con su propio ganado alemán "Holstein".
Pero el centro de todo era la empresa de maquinaría agrícola. También las fases difíciles en la empresa familiar, que le hicieron llegar al límite, las superó con perseverancia, optimismo y saber hacer. Siguiendo su lema de vida: "Pues entonces lo hacemos solos". August Claas cumplió 94 años, falleció el 12 de abril de 1982.